La primera playa nudista de la isla, con un extenso arenal rematado por una torre defensiva de piedra
Antigua casa payesa, con un molino de agua de origen medieval
Pequeña y solitaria cala de piedras, en una urbanización próxima a Eivissa capital
La capital del mayor municipio de la isla, con una de las iglesias más bellas
Los barrios marineros crecieron a la sombra de las murallas y hoy ofrecen el ambiente más animado de la capital
Llanura de campos rojos y fértiles, donde se elabora un delicioso vino de la tierra
Playa de arena cercana a Sant Antoni, con el islote de Sa Conillera en el horizonte
Pintoresca cala rodeada por un cañaveral, con un minúsculo puerto de pescadores
Pequeño rincón de arena y agua de color turquesa, a continuación de Cala Gració