Sant Rafel se encuentra situado en una encrucijada de caminos, en mitad de la carretera que une Eivissa y Sant Antoni. Desde esta localidad se accede a otras como Sant Mateu, Santa Agnès, Buscastell o Santa Gertrudis. Se trata de un pueblo prácticamente con una única calle, que hasta hace una década se situaba en mitad de la carretera, hoy transformada en autovía y reubicada en las afueras. En Sant Rafel, sin embargo, persiste el carácter de pueblo «de paso». Se encuentra repleto de bares y restaurantes, frecuentados tanto por público local como por turistas y residentes foráneos. Por tanto, hay establecimientos populares y también lujosos.
Ventana decorada con piezas de cerámica, en el Taller de Carlos Icardi (Sant Rafel)
Foto: Xescu Prats
Desde un punto de vista turístico, Sant Rafel es además conocido por ser el único pueblo de la isla declarado “Zona de Interés artesanal”, ya que en él trabajan algunos de los mejores ceramistas de la isla, que han creado escuela con piezas de inspiración púnica y han logrado que su fama trascienda a nivel nacional e internacional. Sus talleres se ubican en la avenida principal y los artesanos suelen trabajar de cara al público.
La iglesia parroquial, por su parte, se encuentra alejada 500 metros del núcleo urbano, en un mirador desde el que se contempla la ciudad de Eivissa y el mar. Se trata de otro templo encalado que se divisa desde la carretera, erigido a finales del siglo XVIII.
