Sant Joan es el municipio de la isla con menor número de habitantes, tan sólo 5.500, que viven en casas diseminadas por el campo. Cuenta con cuatro pueblos muy tranquilos y de ambiente rural, donde los campesinos conviven con algunos extranjeros que residen en la isla durante todo el año: Sant Joan de Labritja, Sant Llorenç de Balàfia, Sant Miquel de Balansat y San Vicent de Sa Cala.
Aunque es el municipio con menos infraestructuras turísticas, posee tres zonas importantes de hoteles: Portinatx, Port de Sant Miquel y Cala de Sant Vicent. La concentración de agroturismos y hoteles rurales tiene gran importancia en este entorno, ya que algunas familias con grandes fincas de cultivos han elegido esta solución para mantener la herencia de sus antepasados.
Casi todo el territorio municipal forma parte de la reserva natural de Es Amunts, que ocupa una cuarta parte de la isla, en la costa norte. Esta zona abarca espectaculares paisajes agrestes, con elevados acantilados, cadenas de montes, tupidos bosques y pequeñas calas que conforman ecosistemas únicos en los que conviven una flora y fauna de gran valor ecológico.
Lo mejor de Sant Joan, el municipio tradicionalmente más aislado, es perderse por sus caminos y descubrir sus paisajes. Hallarán torres de defensa costeras, bellas casas payesas, importantes monumentos, como el poblado de Balàfia y las iglesias rurales; así como yacimientos arqueológicos de importancia, entre ellos el santuario púnico de Es Culleram, y fenómenos de la naturaleza, como la cueva d’en Marçà.