La iglesia de Sant Carles de Peralta está considerada de las más elegantes de la isla. Su construcción fue ordenada por el obispo Abad y Lasierra en 1785 y las obras concluyeron antes de finalizar el siglo XVIII. En aquellos tiempos, la zona de Sant Carles estaba habitada por unas 80 familias, que para asistir a los oficios religiosos se veían obligadas a desplazarse hasta el templo de Santa Eulària.
Tanto el amplio porche con columnas, arcos y pozo, como la espadaña o la casa rectoral fueron añadidos con posterioridad. La de Sant Carles, al igual que las iglesias de Sant Llorenç o Sant Mateu, llama la atención por tener el campanario desplazado a un lado, en este caso el izquierdo. El interior es de una sola nave con siete capillas laterales. El altar mayor y los retablos originales de las capillas fueron destruidos durante la Guerra Civil española (1936-1939). La iglesia está rodeada por unos pequeños jardines, en los que también podrán observar un pozo tradicional.