En el agreste paisaje de Sa Cala de San Vicent, a 150 metros sobre el nivel del mar, oculto entre montañas y bosques, se halla uno de los enclaves más sobrecogedores de la arqueología pitiusa: el santuario púnico de la cueva de Es Culleram, dedicado a Tanit, la principal deidad cartaginesa vinculada a la fertilidad y la fortuna, entre otros atributos.
La cueva ya sirvió de refugio doméstico en época prehistórica, como ponen de manifiesto distintos restos hallados de la Edad del Bronce. Los púnicos, sin embargo, la convirtieron en su más importante lugar de culto en Ibiza, entre los siglos V y II antes de Cristo y a él probablemente acudían creyentes de toda la isla para realizar ofrendas. El templo estaba perfectamente organizado y contaba con un cuerpo de sacerdotes, que se desplazaban hasta él durante las épocas de celebración de rituales.
Según apunta el arqueólogo y conservador del Museo Arqueológico de Ibiza, Benjamí Costa, el santuario se dividía en tres zonas. La primera era un patio a cielo abierto con un altar, donde se celebraban los sacrificios de los animales y se quemaban sus partes no comestibles, como la cabeza, las patas, las vísceras e incluso la sangre (los púnicos nunca la consumían, ya que consideraban que contenía parte del alma). El resto, se repartía entre los sacerdotes y la persona que realizaba la ofrenda, y se consumía allí mismo. En la zona exterior también se conservan los restos de una cisterna púnica, que formaba parte de las instalaciones del templo.
La parte central de la cueva albergaba a la diosa, que es posible que incluso fuera una estalacmita unida a una estalactica. En Cartago (Túnez) existe otro santuario donde Tanit está representada con una columna en el interior de una cueva. La tercera zona sería la más profunda de la gruta, donde se depositaban las cenizas del sacrificio y los huesos que sobraban de la comida, que también se consideraban sagrados, así como las estatuillas de la diosa quemadas durante los rituales.
El santuario de Es Culleram fue descubierto en 1907, después de que algunos campesinos de la zona alertaran a la Sociedad Arqueológica Ebusitana de que allí habían aparecido algunas figuras de cerámica. Ese mismo año se procedió a la primera excavación, que permitió reunir 600 esculturas de terracota completas y más de 1.000 cabezas y fragmentos de otras, así como algunas piezas sueltas de otros materiales. La mayor parte de las cerámicas son representaciones de Tanit, con forma de figura femenina y acampanada.
Estas piezas no han sido descubiertas en ningún otro yacimiento arqueológico de la isla, por lo que es probable que fueran modeladas y cocidas en el entorno del propio templo. En 1917, en las inmediaciones de la cueva, se encontró también una placa de bronce grabada por las dos caras. La inscripción más antigua (s. IV a.C.) vincula el templo a Reseph-Melkart, sincretismo que funde los dioses de la luz (Reseph) y el de la navegación (Melkart). Por su parte, la más moderna (s. III ó II a.C.) establece que el templo está dedicado a Tanit.
El motivo de la interrupción del culto, en el siglo II a.C., continúa siendo un misterio, aunque la teoría más extendida es que la cueva se desplomó, tal y como fue hallada en 1907. Sucesivas excavaciones permitieron reunir otras muchas piezas púnicas. En 1998, la cueva fue adquirida por el gobierno de la isla, el Consell Insular, que la rehabilitó y abrió al público.