Tipología: Cala de arena blanca, de 75 metros de longitud y 20 de anchura
Situación: A 4 kilómetros de Sant Antoni
Cala Saladeta es, sin duda, uno de los rincones paradisíacos de Ibiza, hecho que la convierte en los meses de julio y agosto en un lugar muy frecuentado. La playa, de arena fina y agua de color turquesa, cuenta con una amplia zona al final donde tumbarse al sol, precedida de varias casetas varadero, todas de piedra. Se trata sin duda de un enclave mágico en el que, sin embargo, no hay servicios de ningún tipo. Un sendero entre las rocas comunica con Cala Salada, donde sí hay un restaurante. Lo ideal es llevarse una mochila bien provista de víveres y disfrutar de su encanto, especialmente en los meses de julio y septiembre, cuando el calor ya invita al baño pero la afluencia de gente es mucho menor.