Guillermo Cardona, chef y propietario de La Noria, es todo un personaje en la isla. Además de ser conocido por la cocina, lo es por su pasión por la hípica y las carreras de trote, a las que dedica todo su tiempo libre. A Guillermo, en esencia, lo que le gusta es la buena vida y se la ofrece a sus cliente en forma de manjares recién salidos del mar, que guisa al estilo ibicenco. El local, muy sencillo, goza de una posición privilegiada. Las mesas se distribuyen bajo un pinar, en lo alto de un acantilado desde el que se domina toda la playa de Cala Boix.
El nombre del restaurante surge porque antaño existía en este lugar una noria (sénia, en ibicenco). Guillermo lo erigió en 1986, después de regentar un quiosco en la playa de Cala Nova durante años. Su lema es utilizar el mejor pescado ibicenco y guisarlo con el toque casero de las casas payesas, aunque añadiéndole matices de su propia cosecha.