Si quieren probar verdadera comida ibicenca, el restaurante Es Pins es de visita obligada. Sencillo y sin lujos, pero muy auténtico, su historia arranca en 1970, cuando Margarita y Joan, una joven pareja de Sant LLorenç, comenzaron a construir con sus propias manos una vivienda junto a la carretera, a la que dotaron de un modesto bar. Margarita comenzó a elaborar los platos de cuchara que aprendió de su madre y Joan se especializó en cocinar paellas. La casa fue creciendo al mismo tiempo que la clientela y pronto el bar acabó convertido en restaurante. Hoy continúan elaborando pan en el horno de leña y celebrando la matanza del cerdo todos los miércoles de invierno, para ofrecer el género más fresco a sus clientes.
Entre los entrantes, nunca falta la ensalada de crostes, el arroz de matanzas o la ensalada payesa de tomate y cebolla. Algunos días también preparan legumbres, como judías verdes, garbanzos o lentejas. A continuación, sofrit pagès, pescados a la plancha y una suculenta paletilla de cordero a la cazuela. Los sábados, no duden en pedir el guisat de peix: delicioso.
De 13 a 16 y de 19,30 a 23 horas