El Aquarium de Es Cap Blanc, en Sant Antoni, es sin duda uno de los lugares donde más disfrutarán los niños. Esta cueva marina natural también es conocido como Sa Cova de ses Llagostes, Sa Cova des Peix o Sa Cova des Vell Marí. Con éste último nombre se denomina en ibicenco a las focas monje, que según la tradición se refugiaban en ella. La cueva abarca una extensión de unos 370 metros cuadrados y está atravesada por una pasarela sobre el agua, que permite observar las principales especies del mar pitiuso, como meros, langostas, rayas, julias y castañuelas, entre otras. Asimismo, se exponen algunas peceras que contienen especies más pequeñas.
El acuario se fundó en 1989, pero antes los pescadores utilizaban la cueva como criadero de pescado y, sobre todo, de langostas, que no sólo se consumían en Ibiza, sino que se exportaban a otras ciudades fuera la isla. Los días en que atrapaban demasiadas, también las conservaban en su interior para poder distribuirlas durante los temporales, cuando resultaba imposible faenar. La cueva, pegada al mar, posee cinco entradas de agua marina, lo que permite su continua renovación y oxigenación.
La Cova de Ses Llagostes, asimismo, funciona como Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM) por lo que es frecuente encontrar algún animal en observación, antes de ser devuelto al mar. Los más habituales son las tortugas marinas.
Junto al Aquarium hay una pequeña terraza pegada la agua, donde se sirven snacks, bocadillos, pizzas y ensaladas. Es un lugar muy agradable para tomar un tentempié. Todos los viernes y sábados, de junio a septiembre, organizan unas exitosas sardinadas, por un precio módico que incluye la entrada al Aquarium. Se realizan en dos turnos (21 y 22,30 horas) y hay que reservar en el teléfono móvil del Aquarium.