Pueblo blanco de casas contiguas, con una iglesia del siglo XVIII, algunas tabernas y mucha tranquilidad
Pequeñas instalaciones con información de la flora, la fauna y los valores etnológicos de la reserva natural
El pueblo situado más al sur, sobre un acantilado con vistas espectaculares
Templo encalado del siglo XVIII, con un amplio porche y campanario esquinado
Finca-museo del siglo XVII, con una casa payesa que se mantiene como hace cien años
Los restos de una misteriosa fortaleza cuya función se ha perdido entre la bruma del tiempo
Uno de los escasos homenajes a los corsarios que existen en el mundo
La calle más animada de la ciudad, repleta de pequeños restaurantes, bares de copas y la zona gay
Un cinco estrellas en el más importante edificio de estilo colonial de la isla, obra del maestro 'Campos'