Hace algunos años, el Ayuntamiento quiso convertir Dalt Vila en un gran museo al aire libre. Para ellos se instalaron un centenar de atriles, repartidos por los baluartes y el adarve de las murallas, así como algunas plazas y calles de la ciudadela, que facilitan a los visitantes toda la información sobre la historia de las murallas, con inscripciones que se pueden leer en distintos idiomas.
Las casamatas de los baluartes de Sant Pere y Sant Jaume forman parte de este proyecto, al igual que el Centro de Interpretación Madina Yabisa, muy próximo a la Catedral.