Can Guillem es una antigua casa payesa, inmersa en una finca de olivos y árboles frutales. Sus habitaciones se distribuyen entre la bella vivienda encalada y los corrales, reconvertidos en coquetas estancias. El propietario del establecimiento, Vicent Cardona, es un veterano profesional de la hostelería que eligió una vida más contemplativa y ahora pone su sabiduría sobre la isla al servicio de los clientes. La decoración, en contra de lo habitual en los agroturismos ibicencos, es más clásica, en tonos blancos y negros, mientras que el jardín y la piscina, por el contrario, ofrecen múltiples y coloridos rincones. Pese a que para llegar a la casa hay que atravesar una pequeña zona industrial camino de Santa Gertrudis, ésta se encuentra aislada por una cortina de árboles y rodeada por un amplio entorno natural que pertenece a la misma finca. Está situada a diez minutos en coche de la capital.