El Pont Vell (puente viejo) de Santa Eulària también es conocido como Pont des Molins o puente romano, aunque su construcción es muy posterior (las primeras referencias que existen sobre él datan del año 1720). Antiguamente, representaba la entrada principal a Santa Eulària, hasta que en 1918 se erigió el Pont Nou, paralelo a él y más próximo al Puig de Missa, que favorecía el tráfico de vehículos. A partir de entonces, el Pont Vell quedó como paso peatonal.
Bajo el puente, restaurado recientemente, pasa el río de Santa Eulària. La poza situada al pie de sus arcos representaba un enclave muy popular hace algunas décadas, ya que los jóvenes de la localidad acudían allí a bañarse. Hoy está integrado en el Camino del Río, que lo enlaza con el Centro de Interpretación del Río Can Planetes, por un lado, y con la desembocadura, por otro.
Antiguamente, el puente era blanco constante de los ataques piratas, debido al constante trasiego de campesinos, que portaban trigo y otros cereales a los molinos de agua situados junto al cauce. La tradición popular también señalaba que era morada de brujas, así que algunos también lo conocían puente del diablo.