Una visita a la pequeña Capelleta d’en Serra constituye un paseo muy agradable por la zona de Benimussa, una de las áreas agrícolas de Sant Josep. El pequeño templo fue construido a comienzos del siglo XX por Vicent Serra, un ibicenco que regresó de Argel tras vivir una guerra. Durante la contienda prometió que, si regresaba con vida, levantaría una ermita en Es Puig d’en Serra. Vicent logró volver sano y salvo e hizo realidad la promesa con sus propias manos.
El cristo de cerámica del interior también fue esculpido por Vicent Serra, que instaló esta imagen el 23 de abril de 1919. La ermita fue bendecida el 29 de mayo de 1919, aunque Vicent no pudo asistir, al fallecer cinco días antes a causa de un infarto. Por esta razón, no pudo tallar el Vía Crucis que tenía previsto en las rocas del exterior.
Sa Capelleta d’en Serra está inmersa en un bosque de pinos elevado y continúa siendo un lugar de peregrinación. Siempre permanece abierta y en el interior encontrará papeles y cuadernos que encierran deseos y peticiones, y tal vez una vela encendida. Desde allí se disfrutan unas vistas espectaculares de los montes del interior y de los estanques de Ses Salines en la lejanía.
Desde los años ochenta, los vecinos de Sant Josep celebran una romería a la capilla de Sa Creu d’en Serra, coindiciendo con las fiestas patronales de marzo.
En uno de los muros de la capilla hay colgados unos versos en ibicenco que relatan esta historia, obra del propio Vicent Serra. Dice así la canción:
En so dia nou de març
l’any quaranta-set vaig néixer;
es meu nom don a conéixer
per més satisfacció:
Jo som en Vicent d’en Serra
natural d’aquest quartó.
Me’n vaig anar a una terra
fora de sa Nació.
Torní per mor de sa guerra
perquè tenia temor.
Complida està sa promesa
que va fer un servidor,
damunt aquesta muntanya
vaig possar s’intenció
d’emplear sa meua manya
per deixar un record bo.
Tothom desitja i reclama
sa seua protecció,
sempre siga conservada
sa santa religió.