El Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, en Dalt Vila, ofrece una visión de 3.000 años de historia pitiusa, comenzando por los primeros pobladores y terminando en la conquista catalana del siglo XIII. La exposición consta de unas 600 piezas, entre las que podrán contemplar cerámica fenicia, púnica, romana e islámica, así como esculturas, sarcófagos o joyas, entre otros otros objetos, hallados en las excavaciones realizadas en las Pitiüses desde principios del siglo XX y recopiladas por la Sociedad Arqueológica Ebusitana.
El Museo ocupa dos edificios históricos de la Plaça de la Catedral y la casamata del baluarte de Santa Tecla. La entrada tiene lugar por la antigua Capilla de El Salvador, de estilo gótico y sede del gremio de los marineros. A continuación, la antigua sede de la Universitat, el gobierno de las islas durante 500 años (s. XIII-XVIII). Esta institución estaba regida por tres poderes o jurats, que representaban a las tres clases sociales de la época: los burgueses, los comerciantes y los payeses; es decir, las gentes que trabajaban el campo. Este sistema de gestión, que ha dejado profunda huella en la sociedad ibicenca, fue suprimido por el rey Felipe V en 1717, cuando se crearon los actuales ayuntamientos. El escudo esculpido a la entrada del Museo representa al gobierno de la Universitat.
El Museo Arqueológico cuenta además con otra sede, en la Necrópolis de Puig des Molins, donde se exhiben múltiples piezas halladas en los distintos yacimientos arqueológicos de la isla, entre ellas el famoso busto de la diosa Tanit.