Nagai constituye una auténtica sorpresa para los aficionados a la cocina japonesa y de fusión. El establecimiento surge del encuentro de dos aventureros que han acabado construyendo su sueño común en una casa payesa de 200 años de antigüedad, junto a la carretera de Sant Joan: El futbolista ibicenco Melchior Arnold, que ha jugado y entrenado en equipos de medio mundo, y Eleonora Carapellotti, hostelera italiana que ha emprendido exitosos restaurantes asiáticos en Tailandia y Roma.
Juntos han creado un coqueto restaurante, donde las mesas se distribuyen en torno a los antiguos muros de piedra, bajo las ramas del olivo que preside el romántico jardín o al calor de la chimenea del salón interior, en las noches frías. El mayor atractivo de Nagai, sin embargo, es su dualidad. Por un lado, una carta que se rige por la pureza de las recetas tradicionales japoneses. Por otro, una oferta creativa de platos de fusión donde prima el producto y la concentración de sabores.