Tipología: Cala de rocas y grava, de 250 metros de longitud y 10 de anchura
Situación: A 11 km. de Sant Antoni y a 1,5 kilómetros de Santa Agnès
Descender hasta Ses Balandres, en Santa Agnés, representa, sin lugar a dudas, una de las excursiones más bellas e intensas que pueden realizarse en la costa norte de Ibiza. El camino, sin embargo, es difícil, ya que hay que descender por un acantilado vertiginoso, en el que los pescadores han instalado escaleras de madera, barandillas y cuerdas para facilitar la bajada. Prestando atención, no resulta peligroso pero sí cansando.
Lo mejor del viaje, contemplar la cala desde lo alto, recortada por piedras y arbustos, hasta abrirse por completo a medio camino. Entonces, las casetas varadero de piedra camufladas al pie de los acantilados, los pliegues de la roca que se retuercen en mitad de la elevada cortina de piedra y el color esmeralda del agua lucen en todo su esplendor. Y al final del paseo, una cala de grandes dimensiones, con orilla de grava, fondos cristalinos y la cercana presencia de los islotes de Ses Margalides en el horizonte. Hay que ir provistos de agua y comida, ya que abajo no hallarán nada.