Cuando el viajero se aproxima al municipio desde la capital enseguida le impresiona la cima coronada por una iglesia rodeada de casas encaladas. El lugar, conocido como Es Puig de Missa, es una de las visitas imprescindibles que hay que realizar en Ibiza. Desde sus calles y miradores podrá contemplar vistas maravillosas de todo el pueblo y adentrarse en la historia y costumbre de sus gentes.
Antes de entrar en el casco urbano observará el Pont Vell o puente romano –conocido así, aunque es muy posterior–, y el último tramo del río de Santa Eulària, que es el único de Balears. De hecho, esta población tenía gran importancia en el conjunto de la isla no por su extensión geográfica, sino porque la corriente fluvial hacía rodar las pesadas muelas de los molinos harineros situados al pie de Es Puig de Missa. El puente era lugar de constante trasiego de campesinos, que transportaban harina y otros bienes. Por eso, este paso, junto con Ses Salines, representaba uno de los blancos favoritos de los corsarios magrebíes.
Para protegerse de ellos, los habitantes de Santa Eulária construyeron la iglesia-fortaleza de Es Puig de Missa, una de las más antiguas de las pitiüses. Junto a ella encontrarán el Museo de Etnografía, en una casa tradicional. Más abajo, próximo al río, se halla el Centro de Interpretación del Río de Can Planetes, que alberga un molino harinero.
A principios del siglo XIX la colina se quedó pequeña para la población del municipio y comenzó el crecimiento del pueblo en torno a dos avenidas principales: la calle Sant Jaume, por la que durante décadas transcurría la carretera hacia Sant Carles y Es Canar y que, como las otras avenidas del centro, se encuentra repleta de tiendas, restaurantes, bancos y farmacias, además de la capilla de la Virgen de Lourdes. La otra arteria del municipio es el Passeig de s’Alamera, que cruza transversalmente la calle Sant Jaume y une el Paseo Marítimo y la playa con la sede del Ayuntamiento, a través de un agradable bulevar que en verano alberga un mercadillo. Ha sido recientemente remodelado y peatonalizado con gran éxito, y ahora alberga una sucesión de fuentes multicolores.Tras la Casa Consistorial se sitúa el mercado de alimentación y un parking público, y en las calles aledañas, principalmente en Sant Jaume y Sant Vicent, se concentran multitud de bares y restaurantes, algunos con mucha historia, como Ca na Ribes, el Royalty o el Celler de Can Pere.
El Puerto Deportivo es la infraestructura más importante de la localidad y concentra una parte importante de la actividad comercial y de ocio, en una ciudad volcada al mar, que cuenta con los servicios más modernos. En este entorno se ubica también el Palacio de Congresos de Ibiza, un edificio vanguardista con grandes lucernarios, que se inspira en las líneas de la arquitectura tradicional ibicenca.
El centro de esta población mantiene una vida comercial importante durante todo el año y tanto en su núcleo urbano como en los alrededores residen múltiples extranjeros, que han hecho de Santa Eulària su primer hogar. Junto con la capital, es la población donde menos se percibe el cambio estacional y el drástico descenso de población que éste conlleva.