Aunque la iglesia de Santa Creu hoy se sitúa en pleno centro de la ciudad, fue erigida en un descampado a mediados del siglo XX, impulsada por el rápido crecimiento de la ciudad. Ocupa un terreno que entonces se conocía como s’Hort des Bisbe (la huerta del obispo) y la primera piedra fue colocada en 1948, aunque el edificio se inauguró siete años después, en 1955.
Se trata de un templo sin pórtico, de líneas modernas, aunque la estructura interior permanece fiel a las iglesias rurales de la isla, salvo por algunos elementos ornamentales que imitan las trazas del románico.