El Museu d’Art Contemporani d’Eivissa (MACE), en el baluarte de Sant Joan, es uno de los espacios más impactantes y vanguardistas de la ciudad. Ocupa la antigua Sala de Armas de la Real Fuerza de Ibiza, erigida en 1727 según las trazas del ingeniero militar francés Simón Poulet.
En 2012, el museo es reinaugurado tras someterse a una espectacular ampliación, con un nuevo edificio de cristal, inundado de luz, que ocupa los antiguos jardines anexos y crece hacia el interior, duplicando su capacidad y dejando inmaculado el perfil del barrio histórico de Dalt Vila.
El de Ibiza es el tercer museo público de arte contemporáneo más antiguo de España y fue inaugurado en 1969, tras ser impulsado por el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento y la Asociación Cultural ‘Amigos de Ibiza’. La isla fue elegida como sede por ser punto de encuentro de múltiples artistas internacionales e intelectuales de vanguardia, que en muchos casos se habían afincado aquí. Entre ellos, Walter Benjamin, Rafael Alberti, Raoul Hausmann, Tristan Tzara, Wols o Ignacio Aldecoa.
Junto a ellos se produjo un movimiento cultural sin precedentes, con la participación de artistas, galeristas y marchantes, como el Grupo Ibiza 59, Ivan Spence o Carl van der Voort, que proporcionaron un fondo artístico extraordinario al museo. A lo largo de los años, bajo la dirección de Elena Ruiz Sastre, se ha reunido una colección permanente de enorme valor, con obra de los principales artistas ibicencos o que trabajan o exponen en la isla. Entre ellos, nombres como Will Faber, Eduard Micus, Erwin Broner, Portmany, Erwin Bechtold, Gilbert Herreyns, Marcel Floris, Frank El Punto, Antoni Hormigo, Rafael Tur Costa, Tàpies, Equipo Crónica, Broto, Millares…
Gracias a la ampliación, el museo tiene la capacidad de compaginar exposiciones temporales de pintura, escultura e instalaciones, con la exhibición de su extraordinaria colección permanente. En el transcurso de las obras se realizó un importante hallazgo arqueológico, gracias a la aparición de un conjunto de viviendas púnicas del siglo IV a.C., que se han integrado en el nuevo edificio mediante un suelo transparente.