La Torre d’en Rovira se sitúa frente a los islotes de poniente, en un punto equidistante entre Platges de Comte y Cala Bassa. Fue construida en 1763 y llegó a tener dos cañones y dos torreros que vigilaban permanentemente la llegada de piratas enemigos. La torre constituía un punto ideal para observar los islotes de Sa Conillera, S’Espartar, S’Illa des Bosc y Ses Bledes, así como la entrada al puerto de Sant Antoni.
La construcción está perfectamente conservada gracias a sus propietarios, que la utilizan como vivienda en algunas ocasiones. El paseo desde Platges de Comte resulta espectacular, con tantos islotes en el horizonte y los atractivos rincones de la costa, como Ses Roques Males, donde se arremolinan varias casetas varadero. Continuando el camino se alcanza Cala Bassa.