Tipología: Cala de roca lisa, de 150 metros de longitud y 10 de anchura
Situación: A 4 kilómetros de Sant Antoni
Punta Galera, en el entorno de Cala Salada, compone uno de los paisajes más sorprendentes de la costa ibicenca. Se trata de un tramo de roca lisa, que en algunos momentos incluso forma terrazas planas a varios niveles, donde los bañistas extienden sus toallas. Rincón nudista por excelencia, siempre ha sido un paraje poco frecuentado, aunque cada vez atrae a más jóvenes, seducidos por la quietud y la belleza del pintoresco paisaje. Aún así, la inexistencia de chiringuitos, la falta de arena y la nula señalización impiden que el lugar se masifique.
El terreno rocoso no es un problema a la hora de meterse en el agua, ya que la profundidad supera los dos metros y medio prácticamente en toda la orilla, con la excepción de algunas rocas sumergidas más altas que facilitan la salida del mar. Es, sin duda, un lugar especial, tranquilo, donde el silencio se respeta casi como en una biblioteca, y digno de ser visitado. No se sorprendan si se encuentran a un grupo de gente practicando yoga o shiatsu.