Tipología: Cala de arena, de 100 metros de longitud y 60 de anchura
Situación: A 11 kilómetros de Sant Joan y a 3,5 kilómetros de Sant Miquel
Puerto natural con un amplio arenal exterior y numerosas casetas varadero, que constituye, junto con Portinatx y Sa Cala de Sant Vicent, una de las escasas zonas turísticas del norte de la isla. La playa concentra varios hoteles y apartamentos, algunos de los cuáles se han erigido de forma escalonada sobre los acantilados de la orilla derecha.
Hay distintos restaurantes, entre los que destaca Port Balansat, uno de los más conocidos para comer pescado. También encontrarán algunos comercios y todo tipo de servicios, como alquiler de coches, deportes náuticos e incluso excursiones en barco. En la orilla se alquilan hamacas, sombrillas y velomares (patines), y dispone de duchas.
Antiguamente, el Port de Sant Miquel era un lugar tradicional de carga de productos agrícolas, que se exportaban por mar fuera de la isla. También era territorio habitual de contrabandistas, que ocultaban su mercancía en grutas cercanas, como la cueva d’en Marçà, hoy una de las atracciones turísticas más importantes de la zona.
Una carretera que asciende el acantilado hasta los hoteles y la cueva desemboca en la vecina Cala Benirràs. En la misma bahía del puerto existen también otras dos playas: Es Caló des Moltons y Es Pas de S’Illa. En el horizonte, S’Illa des Bosc, un islote privado con una vivienda de lujo, y en los acantilados próximos, la Torre de Balansat.