La importancia del Poblado Fenicio de Sa Caleta es vital para entender la historia de Ibiza, razón por la que este yacimiento arqueológico fue incluido en la declaración de Ibiza como Patrimonio de la Humanidad, en 1999. En una península situada entre las playas de Sa Caleta y Es Bol Nou, en el municipio de Sant Josep, hallarán los restos arqueológicos del núcleo urbano más antiguo de la isla, erigido en el siglo VIII a.C., y cuyos moradores eran buscadores de metales procedentes de la Península. Transcurridos 50 años se trasladaron a otro punto de la isla, donde se desarrolló lo que hoy conocemos como la ciudad de Eivissa, aunque el asentamiento de Sa Caleta se mantuvo hasta los inicios del siglo VI a.C.
El poblado ocupaba toda esta lengua de tierra y representaba una ciudad en miniatura, con barrios repletos de casas abigarradas, separadas por estrechos callejones y alguna plaza. En los inicios, las viviendas eran muy modestas, de sólo una o dos estancias. En una segunda fase, gracias al desarrollo económico que experimentaron sus habitantes, las casas fueron creciendo. El núcleo estaba dividido en barrios, como el portuario, el central o el noroeste. El barrio sur es el único actualmente visible y se halla protegido por una verja.
En el yacimiento pueden apreciarse hornos para la cocción del pan y en las excavaciones se hallaron restos cerámicos, utensilios de cocina, anzuelos de pesca de bronce, piezas de telares y molinos de piedra, utilizados para moler cereales. La metalurgia, sin embargo, era la actividad más destacada de los fenicios de Sa Caleta, como ponen de manifiesto los restos de mineral de galena argentífera, que se fundía en el mismo lugar para obtener plomo e incluso plata.
También se ha podido constatar que aquí los fenicios practicaban la metalurgia del hierro, en hornos especialmente construidos para esta actividad. La galena probablemente procedía del Levante peninsular, donde los fenicios pitiusos la intercambiaban por aceite, sal y otros productos. Hasta hace unas décadas, la zona tenía un uso militar, razón por la que se conservan las ruinas de un cuartel y de varios túneles que enlazaban algunas baterías antiaéreas.