Esta antigua finca, del siglo XVII y muy próxima al centro de Sant Carles, ha sido reconvertida en casa museo y se conserva como hace cien años. Es interesante visitarla, porque muestra todos los elementos de la arquitectura tradicional ibicenca.
El trull (almazara) data de 1775 y es uno de los pocos que se conservan en la isla. Además, exhibe aperos de labranza, arados, era, muelas de molino, utensilios para la elaboración del vino, herramientas para fabricar calzado, instrumentos musicales, armas y otros útiles típicos del mundo rural pitiuso. La finca pertenece a Miquel Torres, que la heredó de su padre y se ha mantenido en la misma familia durante generaciones. El 90% de los objetos exhibidos pertenecían a esta vivienda y el resto han sido cedidos por casas vecinas.