Tipología: Cala de rocas y grava, de 80 metros de longitud y 5 de anchura
Situación: A 12 kilómetros de Sant Joan y a 6 kilómetros de Sant Miquel
Es Portitxol es una calita muy aislada, completamente alejada de las rutas que emprenden los turistas de vacaciones en Ibiza. Está precedida por una entrada estrecha de acantilados y rodeada de laderas y un denso pinar. Sólo la frecuentan los pescadores de las dos docenas de casetas varadero que se arremolinan a ambos márgenes de la orilla, así como los viajeros aventureros, dispuestos a caminar para encontrar rincones pintorescos.
A cambio, este paraje ofrece naturaleza exuberante, aguas cristalinas y tranquilidad absoluta. Obviamente, en la cala no hay ningún tipo de servicio y es necesario ir bien provisto de víveres y agua, antes de iniciar la larga caminata por una ladera escarpada que bordea el mar. El sendero es lo suficientemente ancho y liso como para que los aguerridos pescadores desciendan hasta la cala en motocicleta, aunque la experiencia no resulta aconsejable para quien no conozca el terreno como la palma de su mano.