Su especial ubicación otorga un encanto especial a Es Cubells, ya que se encuentra al borde de un inmenso acantilado, al sur del municipio de Sant Josep. Se trata de otro pequeño pueblo, aunque rodeado de fincas dominadas por grandes casas de campo. Los dos edificios más voluminosos de la localidad son el convento de las monjas teresianas, ubicado en las afueras y que está cerrado al público, y la iglesia, erigida de espaldas al acantilado.
El núcleo del pueblo cuenta con dos bares, un colmado, un modesto centro cultural donde se organizan representaciones teatrales y un pequeño parque a la derecha de la iglesia, que destaca por el monumento al beato Francesc Palau, el Pare Palau como le recuerdan en Es Cubells. El carmelita, que nació en la provincia catalana de Lleida en 1811, forma parte de la historia de la isla no sólo por haber demandado con insistencia una iglesia para este pueblo, sino también por convertirse en ermitaño y pasar largas estancias completamente solo en el islote de es Vedrà, donde se alimentaba de huevos de gaviota y se refrescaba con el agua de lluvia almacenada en una cueva, en las entrañas de la isla.
Durante su visita a es Cubells es muy aconsejable aprovechar para acercarse a las pequeñas calas y rincones situados a los pies del acantilado, como la Platja des Cubells, Ses Boques y Cala Llentrisca. Desde arriba observarán una colección de chalets, erigidos sobre un terreno arcilloso que sorprenden por el hecho de mantener su horizontalidad. Cuando un año resulta más lluvioso de lo habitual, hay quien comienza a poner en duda su resistencia y algunos propietarios que han intentado vender sus casas se han encontrado con dificultades.
En las cercanías encontrarán también un polideportivo donde es frecuente observar a jóvenes del municipio practicando el tiro con arco. Esta club popular ha formado a numerosos campeones, tanto a nivel nacional como internacional.